jueves, 11 de octubre de 2007

…pasa el fin de semana en Tokio (III)

El lunes tenía pensado levantarme muy temprano para ir a la lonja Tsukiji, pero los chicos que conocí el día anterior me habían dicho que cerraba el lunes. Claro, como ya os había dicho, era día festivo en Japón. Así que me no me levanté tan pronto como tenía en mente.

De todas maneras, cuando salí del hotel me encontré con que estaba lloviendo a mares. Ya era demasiada suerte tener tres días seguidos de buen tiempo. Así que decidí darme una vuelta en la línea Yurikamome para conocer Odaiba. Esta línea, que sale de la estación de Shimbashi no es ni un tren ni un monorraíl, es una especie de autobús metido en un carril elevado que, además, es automático, es decir, no tiene conductor. De esta manera, te puedes sentar en la parte de adelante para disfrutar del paisaje urbano por el que se mueve este autotrén, por llamarlo de alguna manera (perdonar por la calidad de las imágenes, pero había poca luz y no había manera de parar el tren para poder hacer una foto en condiciones).



La línea sale del centro de Tokio y cruza la bahía de Tokio por el Rainbow Bridge, un puente colgante de 570 metros entre los pilotes, que une la ciudad de Tokio con la isla artificial de Odaiba, por medio de una carretera, una línea de tren y la línea Yurikamome. Este puente aparece en la foto que hice desde la torre de Tokio de noche.



La isla fue inicialmente construida en 1853 para defender la ciudad de posibles ataques marítimos. Actualmente, desde la décadas de los '80 y '90 del siglo pasado, la isla aloja un montón de grandes edificios, centros comerciales y algunos museos. Para dar la nota friki del día, en una ocasión leí que aquí es donde se rodó el mítico programa, repuesto hace poco por cuatro, Humor Amarillo.

Lo que de verdad me gustó de esta isla fueron los edificios, en ocasiones extravagantes, que la pueblan. Y para muestra, un par de botones.




Además, en esta isla también están una réplica de la estatua de la libertad y una noria enorme (que también se ve en la imagen que puse de Tokio de noche). Así que uno puede, en un mismo día darse un paseo por París (Torre de Tokio), San Francisco (Rainbow Bridge), Nueva York (réplica de la Estatua de la Libertad) y Londres (noria Palette Town).

Tras volver de este recorrido cogí el shinkansen de regreso a Nagano, porque la lluvia, lejos de amainar, se volvía más fuerte.

Y hasta aquí el fin de semana en Tokio. Un fin de semana es muy poco para conocer esta ciudad, apenas se puede rallar la superficie. Me faltaron por conocer Ikebukuru, Harajuku, la lonja Tsukiji, Ueno y sus museos… en fin, espero tener oportunidad de visitar todo esto más adelante.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

3 comentarios:

  1. No te desanimes porque es dificil verlo todo en tres días. En mi opinión te has organizado muy bien.

    En cuanto a los edificios son "divertidos". No están nada mal.

    Un beso fotógrafo. Jeje...

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  2. Hola! Está claro que los japoneses lo copian todo! Pero, la visita merece mucho la pena.
    Besos para él.

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  3. Vaya pedazo de viaje que que te estas pegando,lo vas a echar de menos y todo cuando vuelvas.
    Muy buenas fotos y vaya edificios ni que fueran del Calatrava ese.
    Un abrazo sempai

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